22 de agosto de 2010

Rodolfo Moisés ('Los Dedos Mochos'): "La bi-ritmia de la chacarera no registra antecedentes europeos y se asemeja mucho a las síncopas africanas"


La chacarera..., según Carlos Di Fulvio y 'Los Dedos Mochos'

El pasado sábado 14 de agosto, el periódico Día a Día
de Córdoba (Argentina) publicó un reportaje basado en una entrevista al notable guitarrista y compositor cordobés Carlos Di Fulvio, junto a Rodolfo Moisés y Carlos Bordón ('Los Dedos Mochos').

Se habló, hablamos, sobre la chacarera y aquello que la compone... desde lo musical y lo vivencial..., lo que aflora fácilmente y lo que queda tierra, música y corazón adentro.

Algo de lo dicho en la entrevista que se nos realizó configura el reportaje....Otros detalles, que están en el sentido profundo de la chacarera, se quedaron en el tintero... Todo no cabe en unas pocas líneas. Prontito ampliaremos... Por ahora, el reportaje. Nuestro agradecimiento a Gastón Ribba, autor de las entrevistas y el texto. 


  • Por Gastón Ribba
Me dicen chacra o molino, pero me llamo chacarera
Trunca, doble, con violín o con bajo eléctrico, la chacarera es uno de nuestros ritmos-danzas más vivos. Miles de paisanos las componen y bailan “al natural” como se dice cuando un género no ha entrado en los conservatorios.

Pariente del Gato, el Escondido, el Marote, el Palito, el Ecuador y el Remedio entre otras que hoy habitan sólo en los libros. Hoy se le da ciudadanía santiagueña pero Rodolfo Moisés ('Los Dedos Mochos'), citando al investigador Ventura Lynch, nos aclara que es ”producto regional”, desarrollado con aportes de Catamarca, El Chaco Salteño, Tucumán, La Rioja y todo el norte de Córdoba.
En nuestro oeste, se la solía llamar “chacra” o “molino” por el movimiento de aspas que hacen los bailarines al girar.

Algo de gato, paloma, potro y de negro mandinga también
Cuando es canto, la chacarera es coplera de versos sueltos en Santiago. De un solo tema o narración por estos pagos, arte que perfeccionó Yupanqui. Cuando es danza, es vivaz, de pareja suelta que ¿simula? amor y galantería. Cuando las chinitas "arrastran el ala", los gauchos tronan la tierra como baguales.

Cuenta Moisés (estudioso, amén de guitarrero) que la bi-ritmia (3x4 superpuesto y hermanado con 6x8) de la chacarera no registra antecedentes europeos y se asemeja mucho a las síncopas africanas. Entre mate y mate, evoca a Gabino Ezeiza (payador primordial) y otros negros que le dieron color a nuestra música "nacional".

Cuerda pulsada, pajarito; cuerda al aire, paisaje
Así es la chacarera cordobesa. De eso habla Di Fulvio en la letra de "Vientito porfiado" cuando dice "media endiablada, quinta en sol, sexta en re". Este es el legado del indio Pachi (hay pocos registros, celosamente guardados).

Entre amargos, 'Los Dedos Mochos' nos inician: Carlos Bordón mete mano izquierda, marca melodía sobre las cuerdas bajas, deja que la derecha se floree sobre la boca, libre por acá y por allá, por todo el cordaje. Si hasta parece que el viento toca sobre un alambrado. Ahí está la perfección del estilo: en la naturalidad. El título es palabra textual de Rodolfo Moisés, al que le agradecemos la definición por precisa y poética.

Los Dedos Mochos de tanto escarbar
Salamanqueros capaces de meterse setenta y tantos metros en la cueva de Urca (sí, las hay por acá nomás). Carlos "Cirilo" Bordón y Rodolfo Moisés (luthier y tenor de formación clásica) tienen los dedos mochos "denserio".

De tanto martillo y serrucho para fabricar guitarras, charangos y otros instrumentos nativos. De tanto escarbar en las raíces de nuestra música. Andan componiendo junto a Hedgar Di Fulvio, hermano de Carlos, alejado de los escenarios desde hace años. Para conocerlos, para invitarlos a un asado, http://losdedosmochos.blogspot.com/

Para Carlos Di Fulvio, el diablo andaba en los choclos
“La palabra chacarera, según tengo entendido, viene del quechua “chacara” (chacra, tierra de cultivo. NdelE)...”, nos cuenta don Carlos a modo de introducción, apenas nos abre la tranquera de su casa y sigue: “La difusión de la palabra chacarera y su raíz etimológica —paradójicamente— viene con la radicación inmigrante que coincide con el periodo 1850, sobre todo en las provincias de Córdoba y Santa Fe... Esta gente no solo cuadrimetró en “chacras” el territorio total de ambas provincias, sino que también pobló el registro civil de las mismas con sus hermosas crías que, por ende, pasaron a ser nombradas “chacareras”.

Di Fulvio nos guía hacia su sancocho de tradiciones, punto de partida de casi todo lo que hoy llamamos “nacional”. Dice: “Al necesitar las “chacaras” una mano de obra extraordinaria para levantar las abundantes cosechas de maíz (que correctamente se pronuncia “máiz”) motivó la presencia de “peones golondrinas” santiagueños; gente muy predispuesta para el trabajo como así también para la fiesta. Estos dos elementos “trabajo y fiesta”, cosa que normalmente siempre andan juntos, y también conformaban parte de la buena costumbre de los “gringos”, fueron los propiciantes de la danza en honor a la hija del chacarero, la “chacarera”.

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